Las playas de Chipiona, como el tablero de «Hundir la flota»

«Hasta en el New York Times» ha salido la playa de Chipiona, decía entusiasmado el alcalde de la conocida localidad donde nació Rocío Jurado, Luis Mario Aparcero, en una de las muchas entrevistas concedidas estos días. Las imágenes emitidas por Sky News se han viralizado hasta tal punto que son mucho los medios internacionales y nacionales que han querido comprobar in situ cómo han organizado sus dos playas urbanas con bandera azul tras el confinamiento y el coronavirus: Virgen de Regla-Camarón y Cruz del Mar-Muelle.

En total Chipiona tiene cerca de 14 kilómetros de playa que suelen estar a rebosar durante todos los fines de semana del verano. Son muchas personas oriundas de Sevilla y Jerez las que pasan sus vacaciones de verano en esta ciudad costera, por lo que las vacaciones estivales suponen para el sector hostelero y turístico un auténtico revulsivo en su economía local. Este año no querían que a la crisis que va en paralelo a la pandemia del coronavirus se le sumara ahora la imposibilidad de ir a la playa. Por eso, desde que comenzara la desescalada y se entrara en esa «nueva normalidad» que tanto citaba el Gobierno se pusieron manos a la obra y optaron por un método que se ha convertido en la envidia más absoluta de muchos de los municipios de la costa española. No había más que ver los montajes que circulaban por las redes que ponían como ejemplo la parcelación «imaginaria» de la playa chipionera.

«Todo el mundo está contento, las cosas están funcionando y estamos a la espera de ver cómo aumenta la población en esta primera quincena del mes de agosto. Se pondrá el sistema a prueba y si hay problemas habrá que controlar los accesos por parte de la Policía Local», manifestó el edil de Playas, Lucas Díaz.

La idea de parcelar la playa se realiza «con líneas imaginarias» y todo sale tras el confinamiento y una una cuarentena «complicada», pero a partir de ahí se plantearon una serie de ideas sobre la mesa y «buscamos el sistema más sencillo con una serie de marcadores en paralelo y perpendicular a la costa». Según el concejal es como «Hundir la flota». Y cuando se permitió el uso de la arena húmeda, lo que se hizo fue usar como medida el paso de una persona para configurar los cinco metros en la misma línea, tanto en arena seca como húmeda, se cogieron las mareas, se atendió a los coeficientes, que, junto con la aplicación que creó el Ayuntamiento, permiten que cualquier persona con una anticipación mínima de «un par de horas o en el mismo momento pueda decidir a qué playa va».

La información está disponible a través de cartelería con códigos Qr distribuida en diferentes puntos estratégicos de la población y en las entradas a las playas, en la página web municipal y en la del área de turismo, así como en la App del propio Consistorio.

Las dos playas urbanas se dividieron en 30 sectores para asegurar el mayor control. Las señales verticales fijas ayudan a encontrar las distancias de separación entre las unidades familiares, a la vez que se establecía una zona de tránsito que no puede ser ocupada y que tiene por objeto facilitar el acceso y garantizar el paso por la orilla.

Para concienciar a los bañistas, tanto autóctonos como visitantes, se ha realizado una auténtica labor de educación por parte de los vigilantes y de los efectivos de Protección Civil. A través de vídeos y a pie de playa se ha ido explicando cómo se distribuía a los usuarios por la playa chipionera para alcanzar «esta normalidad que estamos viviendo y que sólo se ve alterada por las mareas altas y los fines de semana, que hay que comprimir las distancias y es un poco más complicado».

Para facilitar esta complicada labor se cuenta también con las imágenes que ofrecen los drones que permiten distribuir a los bañistas en zonas con menor afluencia de público. En palabras del concejal de Playas de Chipiona, la playa de Chipiona al tener varias entradas no se podría cerrar, como por ejemplo ha sido el caso de Santa María en Cádiz, por lo que van derivando a otros sectores a los bañistas en el momento en el que el aforo está rozando el límite.

El sentir del sector hostelero es que «están trabajando con garantías». Aunque hay menos volumen de negocio en comparación con otros años, sí es cierto que tanto el turista como el ciudadano y los propios empresarios se sienten satisfechos por la fórmula en la que se posibilita el acceso a las playas chipioneras. «Si queremos verano, tendremos que ser responsables. Este año es así, hemos sacrificado mucho para perderlo con cuarto tonterías. Se han tomado como suyo el deber y la obligación de cumplir con las medidas».

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