Duras críticas del sector turístico al plan de desescalada.

Los hosteleros y CCOO coinciden en la necesidad de prorrogar los ERTE – Faeplayas asegura que al principio sólo abrirán algunos chiringuitos – La Junta cuestiona que en mayo se pueda abrir hoteles pero no se permita la movilidad entre provincias.

El plan de desescalada propuesto por el Gobierno central para salir del confinamiento tiene la virtud de unir en su rechazo (por motivos diferentes, aunque hay puntos de acuerdo) a los hosteleros, los chiringuitos, los hoteleros y CCOO. Así, Mahos, la patronal que agrupa a los hosteleros malagueños, lo rechaza por numerosas razones, entre ellas la reducción de aforo al 30% en las terrazas desde el 11 de mayo, la primera fase (sin el interior), o hace alusión también a la imposibilidad de prorrogar los expedientes temporales de regulación de empleo, para que la plantilla se incorpore de forma paulatina. CCOO también pide que se puedan prorrogar los ERTE hasta finales de año para que el personal de los hoteles se incorpore poco a poco, mientras que la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) advierte de que, si no hay libre circulación, los empresarios no podrán abrir. Los chiringuitos, por su parte, dicen que pocos van a abrir en el primer plazo.

Los vecinos piden responsabilidad a los ciudadanos

  • Los malagueños también se enfrentan a su propia desescalada y lo hacen pidiendo responsabilidad a los ciudadanos. El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Cívilis, Antonio Fuentes, se muestra partidario de pedir responsabilidad a los vecinos, más allá de que el Gobierno se erija en protector absoluto de la sociedad. «La desescalada es difícil entenderla, parece un jeroglífico», ironiza Fuentes, quien considera, como ciudadano de a pie más que como responsable de esta federación, «que el confinamiento ha tenido efectos positivos en cuanto al contagio», aunque las consecuencias serán importantes por no haber tomado medidas mucho antes, además de destacar las importantes consecuencias económicas de la pandemia y el confinamiento derivado de la misma. Óscar López, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad, considera que «la desescalada es positiva, pero hay que ser prudentes, porque hablamos de vidas». Considera que si se hubieran tomado medidas de confinamiento antes, cuando las alarmas indicaban la gran velocidad de propagación de la enfermedad, tal vez ya habríamos entrado hace semanas en la fase de desescalada. «Tengo muchas dudas, como todo el pueblo. ¿Cómo lo van a hacer? Por ejemplo, en la verbena de San Juan, ¿qué medidas se van a tomar? Y, en las playas, se podrá controlar el acceso a la arena, pero cuando la gente se meta en el agua, ¿cómo la van a controlar? ¿Cómo van a abrir los bares con un tercio de las mesas? Los bares y las tiendas van a tener muchas pérdidas. No sé cómo se va a regular todo eso». López destaca la irrupción de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana de los vecinos, asegura que el teletrabajo ha venido para quedarse y afirma que también va a haber grandes transformaciones, por ejemplo, a la hora de cobrar las nóminas. De momento, los vecinos están a la espera.

Así, asegura Mahos que las medidas anunciadas para la reapertura de los negocios «son inasumibles y abocan al cierre de miles de empresas en el país; la viabilidad del sector queda en entredicho ya que las decisiones han sido precipitadas, con falta de consenso y muchas incógnitas por resolver». La limitación de aforos a un 30% de la terraza, sin el interior, en la primera fase «es incompatible no ya con la rentabilidad de las empresas, sino con la supervivencia de las mismas y el mantenimiento de empleo», con 18.000 establecimientos y más de 80.000 trabajadores.

Así, indicaron este miércoles en un comunicado, un restaurante que tenga un aforo total de 70 personas en el interior y 48 en la terraza (12 mesas), tendría que abrir sólo con cuatro mesas exteriores (y ninguna dentro), y dar de alta a su plantilla completa en la primera fase, dicen, lo que equivaldría a abrir con apenas un 14% del aforo total del establecimiento.

«La imposibilidad de prorrogar los expedientes de regulación temporal de empleo y de hacer una incorporación paulatina del personal, alejada del volumen de negocio en las primeras semanas, condena al sector a una situación de ruina». En el país podrían caer hasta una de cada tres empresas hosteleras.

Javier Frutos, presidente de Mahos, señala que el anuncio de la reapertura parcial se hace a menos de 15 días vista «y con el 30% del aforo de terraza, sin el interior del local, lo que hace inviable el negocio de hostelería». No conocen, añade, las medidas sanitarias para proteger a clientes y trabajadores, ni si se van a flexibilizar los ERTE, la situación de los préstamos del ICO es muy confusa, ya que las peticiones aún no han llegado a los pequeños empresarios y autónomos, y tampoco se ha dado una solución a los alquileres más allá de un aplazamiento, desoyendo al sector en la necesidad, inciden, de establecer rebajas parciales.

Norberto del Castillo, presidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playa (Faeplayas), asegura que cada vez que recibe nueva información es «un caos» y explica que si se reduce la capacidad de ocupación, teniendo en cuenta que la plantilla de los chiringuitos es más amplia que la de otros negocios hosteleros, «igual se pierde más dinero abriendo que estando cerrado». Tiene dudas sobre cómo se aplicarán las distancias de seguridad y las pantallas en el litoral, o la propuesta de pasar bajo un arco, «una vez tengamos datos más concretos podremos ver qué decisiones tomar». «Si no pueden abrir los bares, sólo las mesas, en el primer plazo muchos chiringuitos no abrirán, sólo algunos de ellos. Un tanto por cierto de los que puedan abrir en la primera fase lo harán en la siguiente», vaticina, además de quejarse de la falta de información por parte del Gobierno.

El presidente de Cehat, Jorge Marichal, aseguró ayer que la restricción a la movilidad por provincias no contribuye a la «nueva normalidad» avanzada por el Gobierno. «Si no tenemos libre circulación, con todas las medidas de control que sean necesarias, no sirven de nada protocolos de actuación y aforos al 30% por seguridad; simplemente, no podremos abrir», señaló.

Por parte de la Junta, el consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior y portavoz del Ejecutivo andaluz, Elías Bendodo, manifestó que uno de los ejemplos de la «incertidumbre y confusión» que genera el plan para la desescalada del Gobierno central es que en el mes de mayo se puedan abrir hoteles pero no se permita la movilidad de los ciudadanos desde su provincia a otra.

Gonzalo Fuentes, responsable de Hostelería y Turismo en la Federación Estatal de Servicios de Comisiones Obreras (CCOO), considera que los plazos son muy precipitados (concluyen a finales de junio, y asegura que no va a dar tiempo a abrir hoteles y bares, porque hay que adaptar ambos negocios a los protocolos de seguridad y sanitarios para los trabajadores y los clientes (por ejemplo, las zonas de bufé de los hoteles). Tampoco le gusta que sea provincia a provincia. Su propuesta es de un plan a seis meses y que los empleados se vayan incorporando progresivamente una vez vayan acabando los ERTE, y así dar tiempo a la remodelación de las instalaciones. Estos días se están reuniendo con el Gobierno, los empresarios y los ayuntamientos para dar forma a «las reglas del juego». Si no se mantiene una prórroga para los ERTE de fuerza mayor, ello derivará a situación de despidos o expedientes de regulación de empleo.

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