Las alarmas por la nueva Ley de Costas carecen de justificación

Manuel Villafaina, presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga, habla de la Ley de Costas.



Décadas y décadas de trabajo al frente de uno de los históricos establecimientos de la Costa del Sol, en una de las playas urbanas de Torremolinos, le confieren al presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga, Manuel Villafaina, la suficiente autoridad como para manifestar en qué mejorará la nueva Ley de Costas el futuro de su sector.
 
Durante la negociación de la normativa recién aprobada pidieron con insistencia «estabilidad». Aspiraban a concesiones de larga duración, capaces de generar empleo estable y de permitir mejoras estructurales en sus chiringuitos. ¿Es el mayor logro que han conseguido?
Es uno de los dos asuntos que se han convertido en los más importantes. Tenemos una mayor garantía ahora, con concesiones de hasta 35 años incluso para quienes podamos llevar 50 o 60 años, incluso 100, en las playas. Pero además logramos excepciones para las áreas urbanas y una serie de beneficios que llevábamos demandando muchos años. En general, los políticos deberían muchas veces escucharnos a los que llevamos muchos años trabajando en el litoral, por un mejor turismo.
 
¿Se sienten en ocasiones maltratados como colectivo?
La memoria es muchas veces demasiado corta. Y hasta se alzan las voces de cuatro o cinco ecologistas contra nosotros y parece superior a la de esos miles y miles de usuarios que nos visitan cada año y nos muestran su apoyo. Los mismos grupos verdes olvidan que se entablan diálogos con compañeros suyos, los que sí quieren hablar, y que somos los primeros interesados en cuidar medioambientalmente nuestras costas. Y también se olvida una gran parte de la sociedad de que fuimos pioneros en el turismo. Cuando no existían las depuradoras, éramos los chiringuiteros los que limpiábamos las playas; los que poníamos rudimentarias rejillas en las canalizaciones de desagüe que ensuciaban las costas; o los que después de los temporales quitábamos las cañas. Y hasta hacíamos de policías por las noches. Muchos compañeros hemos evitado, de noche, más de un intento de violación.
 
¿Y en qué situación están hoy por hoy, ante una temporada veraniega que sigue marcada por la crisis internacional?
En la mayoría de los casos somos optimistas, precisamente por lo anterior. Cuando la Costa del Sol empezó a albergar a sus primeros visitantes fuimos los que abrimos las playas, los que empezamos con ellos a aprender su idioma y sus costumbres. El boca a boca en turismo es fundamental. Y creo que somos uno de los sectores que por la fidelidad de nuestros clientes mejor está capeando esta crisis. Y esta nueva normativa, de cara a próximas campañas, nos da toda la seguridad que reclamábamos. Habrá un antes y un después, una vez que dentro de unos meses tengamos el reglamento que desarrolle esta nueva legislación.
 
¿Qué le diría a quienes son críticos con el texto y han protestado en las puertas del Congreso?
Que todas esas alarmas carecen de justificación. Las barbaridades del pasado hoy por hoy no tienen ya sitio, bajo ningún concepto. Ni los ecologistas ni nosotros queremos paredes de 15 plantas. La reglamentación nueva recoge muy bien lo que se ha hecho mal en el pasado.
 
Este relato suyo es absolutamente optimista. Díganos qué es lo que le preocupa ahora. ¿O no hay nada que les quite el sueño?
Tanto como eso no. Pero sí que en los últimos meses hemos sido críticos con el asunto de las distancias entre instalaciones fuera de las áreas urbanas. Hemos tenido un problema con la Junta de Andalucía que confiamos resolver también ahora, con el reglamento de la nueva Ley de Costas. Todo se habría resuelto antes si no se dejase aplicar la excepcionalidad de la norma, hasta ahora la de la normativa de 1988, según el criterio de un técnico. Hemos tenido un tira y afloja que nos ha preocupado.
 
¿Hasta qué punto ha sido excesiva la demora para lograr que se actualice esta ley?
La realidad de hoy en día no es la de finales de los años ochenta. Ya por entonces, a las puertas de la crisis de los primeros noventa, hicimos mejoras para adaptarnos a la nueva Ley. Ahora, hasta los que más años llevamos, sabemos que vamos a tener que readaptarnos, que tendremos que perder los metros que tengamos que perder. Y sí que ha sido demasiado largo, porque queríamos la estabilidad que se nos llegó a prometer la otra vez y que nunca vimos. Fuimos engañados. Porque se nos prometió un periodo, renovable automáticamente, y no se llegó a cumplir.
 
Estudian abastecer a los yates desde los chiringuitos con la ayuda de zodiac
 
La estampa del chiringuito tradicional ha evolucionado significativamente en la Costa del Sol con el paso de las décadas. Pero el último de los avances podría convertirse en una auténtica revolución para el sector. A imagen de las iniciativas existentes ya en Italia o Francia, el gremio de empresarios de playas quiere apostar por el turismo de lujo que acude al litoral en yates o incluso en pequeños cruceros.
 
¿Qué es lo último en innovación dentro de un sector tradicional cuyo margen de maniobra ha sido hasta ahora las mejoras en infraestructuras, atención al cliente o calidad del producto que ofrecen?
Tengo fe en que lo más vanguardista esté listo para cuando acabe la temporada. Al menos ya va a haber alguna experiencia en marcha para el próximo año. Queremos apostar por el turismo náutico. Que viene en yate. Sabemos que es un turismo de alto poder adquisitivo, por lo que seguimos demandando más puntos de atraque a las administraciones. Pero lo más novedoso es que tal y como ya se hace en Italia o Francia, queremos servirles nuestros productos con la ayuda de zodiac.
 
¿En qué zonas vamos a poder verificar pronto esta iniciativa?
No se puede brindar en cualquier sitio. Requerimos embarcaciones para un mínimo de personas, de forma que sea rentable el desplazamiento. Pero estamos estudiando la puesta en marcha de estos servicios en Marbella, Benalmádena, Estepona, Fuengirola, Torremolinos, por la cercanía a Benalmádena, o Málaga capital. Allá donde haya un puerto es absolutamente viable.
 
La rentabilidad del turismo vinculado al mar ya es una realidad con los cruceristas que llegan hasta la capital.
Está claro que nosotros somos una de las referencias del turismo en Andalucía y queremos ser partícipes también de ese flujo de visitantes que vienen a nuestro litoral por las instalaciones, los puntos de atraque que les brindamos a lo largo de nuestros municipios costeros.
 

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